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Ser-Fiel

Controlar tu mente sin sacrificio con la hipnosis

Para que una relación funcione, bien tiene que haber un acuerdo de sinceridad y sacrificio. Es casi imposible llevar un amante secreto fuera de su pareja por mucho tiempo. Al final la verdad sobre la infidelidad saldrá a la luz.

Si no estas agusto en tu relación, es mejor, terminar con ella o solucionar los problemas. A veces cuando hay falta de autoestima es fácil buscar a fuera de casa. Hay gente que no pueden hacer el amor con otra persona pero le gustan ligar, tontear, para sentirse mas amados y esto es una falta de respeto hacia tu pareja.  

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Afirmaciones

Contenidos :

1. Ser fiel
2. Ser sincero
3. Mas amor
4. Auto control
5. Celos
6. Auto-estima
7. Auto-confianza
8. Auto amor
9. Auto-valor
10. Buen esposa
11. Buen esposo

Inducciónes - Mins

Caribe Playa....23m
Amazonas.......20m
Cósmico......
....25m
Sahara......
......27m
El Faro.......
.....14m
Terror..........
....8m
El Rio.............11m
Militar........
......8m

 

 

 


Ser Fiel: Un Acto de Valentía en Tiempos de Cambio

Ser fiel. Dos palabras pequeñas que encierran un universo de significado. En un mundo que gira cada vez más rápido, donde las promesas parecen tener fecha de vencimiento y donde el deseo de lo inmediato muchas veces aplasta lo esencial, la fidelidad se convierte en un acto revolucionario. Ser fiel no es simplemente evitar traicionar; es comprometerse con lo que uno elige amar, respetar o creer. Es una forma de permanecer, incluso cuando todo alrededor invita a irse.

Fidelidad no significa rigidez ni esclavitud. No se trata de aferrarse por miedo o costumbre. Ser fiel implica una elección consciente, día tras día, de ser coherente con aquello que se ha elegido libremente. Puede manifestarse en la relación con una pareja, en la amistad, en un trabajo, en una causa o, incluso, en uno mismo. En todos los casos, la fidelidad es prueba de carácter, de integridad, de profundidad.

Fidelidad en las relaciones

En el plano de las relaciones amorosas, ser fiel se ha asociado tradicionalmente con la exclusividad sexual. Pero la fidelidad es mucho más que eso. Es también emocional, mental y ética. Se es fiel no solo cuando se evita una infidelidad física, sino cuando se cuida el vínculo, cuando se protege al otro incluso en su ausencia. Es fidelidad el acto de elegir a esa persona cada día, no porque sea perfecta, sino porque se decidió caminar a su lado.

Ser fiel en una relación significa también respetar el espacio del otro, su libertad, su crecimiento. Significa sostener el compromiso incluso cuando aparecen los momentos de duda, cuando la rutina golpea o cuando las tentaciones externas invitan al atajo. Ser fiel es recordar el valor de lo construido, de lo compartido, y resistirse a cambiar lo profundo por lo efímero.

Pero también, la fidelidad implica sinceridad. Hay quienes “son fieles” solo en apariencia, mientras viven una vida paralela de ocultamientos, de mentiras o de indiferencia. Eso no es fidelidad, es fachada. Ser verdaderamente fiel requiere verdad, transparencia, y un profundo sentido del respeto por el otro.

Fidelidad hacia uno mismo

Tan importante como ser fiel a los demás es ser fiel a uno mismo. Y a veces, esa es la fidelidad más difícil. Ser fiel a uno mismo significa mantenerse conectado con los propios valores, con la voz interna que sabe lo que está bien. Es tener el coraje de decir “no” cuando todos dicen “sí”, de elegir lo correcto sobre lo conveniente, de mantenerse firme en las convicciones aunque eso implique nadar contra la corriente.

Hay momentos en la vida en los que ser fiel a uno mismo requiere soltar una relación que ya no nos representa, dejar un trabajo que nos vacía, tomar decisiones dolorosas pero necesarias. Es entonces cuando la fidelidad se vuelve un acto de amor propio. No se trata de egoísmo, sino de integridad. Porque quien no es fiel a sí mismo difícilmente podrá serlo con los demás.

Fidelidad a los valores

En el terreno de la ética, la fidelidad a los principios es un faro en tiempos oscuros. Ser fiel a los valores que uno cree justos —la honestidad, la justicia, la compasión, la solidaridad— requiere valentía, especialmente cuando esos valores no son populares o rentables. La fidelidad a los valores no siempre tiene recompensa inmediata. A veces, incluso trae conflictos, pérdidas o incomprensión. Pero a largo plazo, otorga algo más valioso: paz interior, respeto propio, y una vida con sentido.

Los grandes líderes, los grandes transformadores sociales, los héroes anónimos de cada día, todos tienen algo en común: han sido fieles a algo más grande que ellos mismos. Fieles a una causa, a una convicción, a una misión. Esa fidelidad es lo que los ha sostenido cuando todo parecía perdido.

Fidelidad no es inmovilidad

Ser fiel no es quedarse donde uno ya no crece. No se trata de permanecer por obligación o miedo. A veces, ser fiel implica irse. Irse de una relación que ya no es amor, de un lugar que ya no es hogar, de una historia que ya cumplió su ciclo. Pero incluso al irse, se puede ser fiel: fiel a lo vivido, a lo que uno fue en ese tiempo, fiel al aprendizaje que se lleva consigo.

La fidelidad, entonces, no es estancamiento. Es constancia con sentido. Es una permanencia elegida, no impuesta. Es la capacidad de honrar lo importante en un mundo que aplaude lo fácil y lo rápido.

El precio y la recompensa

Ser fiel no es siempre fácil. Implica renuncias. Implica esfuerzo. Implica mirar hacia dentro con honestidad brutal. Pero también ofrece una recompensa que no se compra ni se finge: la solidez. Una vida fiel —a uno mismo, a los demás, a los valores— es una vida que construye raíces. Que no se desmorona al primer viento. Que deja huella.

En un tiempo donde todo parece líquido, fugaz, y descartable, ser fiel es casi un acto subversivo. Significa apostar por lo profundo en lugar de lo superficial, por lo duradero en vez de lo pasajero. Y aunque no siempre sea fácil, es profundamente humano.

Conclusión

Ser fiel no es solo una virtud: es una elección. Una elección que se hace en cada gesto cotidiano, en cada decisión silenciosa, en cada momento donde podríamos traicionar pero decidimos sostener. En una época que confunde libertad con desapego y compromiso con debilidad, ser fiel es demostrar que el amor, la verdad y la lealtad aún tienen lugar.

Porque al final del día, cuando todo se apaga y solo quedamos con nosotros mismos, lo que da paz no es haberlo tenido todo, sino haber sido fiel a lo que realmente importaba.